jueves, 24 de enero de 2008

Dios

Si en mí podés confiar esta vez no sé.
Si yo tenía un Dios, hoy por vos lo dejé.
Si era inmune a tus palabras, presa de su piel de papel,
me temo, mi amor, por un rumor lo traicioné.

No puedo decir que las verdades callé,
en realidad, ni siquiera lo intenté.
A Celestina con mis amigos jugué
y como mal marionetero, mal también terminé.

Ya me pregunto, ¿ahora qué?
Ahora sólo te consolaré,
aunque no prometo nada; exploté.
Fue tuyo como siempre, como la primera vez.

Y tuyo morirá, un recuerdo vivo,
un miedo impotente a lo que pudo haber sido.
No había solución, no había desvío;
sólo yo, no mi Dios, sólo tu amigo.

miércoles, 23 de enero de 2008

Quién

¿Quién pensaría
que escribiendo sobre vos me encontraría
sin el sol todavía
pero la noche ya escapó?

¿Quién pensaría
que tu alma no es la mía,
que si fuimos uno algún día
hoy somos dos?

¿Quién pensaría
que tus voces ya no oía,
que no era yo quien más te conocía
y recién ahora tendría razón?

¿Quién pensaría
que hoy me lastimarías
y que yo al amanecer me encontraría
escribiendo sobre vos?

martes, 22 de enero de 2008

Amarás hasta más no poder amar

Todavía te recuerdo y me recuerdo,
lejos, cuando no te conocía.
Eras sólo una sesión de fotos
y lograba amarte a escondidas.
Rojo, el fuego de tu pasión.
Tu pelo rojo, tu actitud, tu falta de temor.
Tu fuerza sin caprichos,
el saber que eras más fuerte que la vida misma,
o por lo menos lo suficiente para soportarla.
Pero no era eso lo que pasaba;
vos la amabas, vos la disfrutabas.

Nunca alguien tan enamorado de la existencia,
te relajabas en los pequeños detalles
que te hacían más feliz y más rojo.
Quizás algún día tu cabellera me queme
y jamás pueda olvidarlo.
Tu énfasis en el caminar,
la habilidad de seguir andando.

Ni un paso atrás, mas dos adelante.
Coleccionando memorias y recuerdos,
tu alcancía de anécdotas nunca va a quebrarse.
Ganando amigos, confianza y valores,
únicamente vos alcanzarás el paraíso.
La utopía pertenecerá
a quien más la quiso.

Y no descansarás;
dormir es para los débiles.
Te recostás en hilos tenues,
lazos eternos de vieja y nueva bondad.
Tu sueño va a cumplirse, lo sé,
amarás hasta más no poder amar.