miércoles, 20 de febrero de 2008

Cielo y suelo

Baja escaleras para ver,
las baja para volver a ser
el mismo.
Desciende de los cielos para conocer
a los niños amigos,
fuera de su estilo,
libre de su poder,

fugitivo del mal.

Se encuentra debajo
y nuevamente sube al sol,
erige su postura,
rige su figura
de acción,
la que todos observan
y los niños esperan.
Cumple su promesa,
siempre regresa su voz.

Procura no olvidar
pero no puede acabar
con tanta adicción.

Pretende escapar,
desea no necesitar
tanta acción.

Suben su mirada y la fijan en él,
envidian su poder,
quieren su piel.

Pero yo noto el error;
el ángel no es ángel sin cielo
y el único cielo es amor.

(Y el amor nunca tomó vuelo,
siempre con nosotros descansó
en el suelo.
Y A.M. jamás lo entendió,
mas tal vez funcione
su desvelo
por vivir dos mundos y llenar dos vidas:
amigo nuestro y nuestro
el anhelo.)